miércoles, 3 de noviembre de 2010

El PP y sus cambios de discurso: La corrupción y la responsabilidad política.

Estamos ante una España que en el exterior suena a corrupción. Acabo de regresar de un viaje a Estados Unidos, en un foro en el que he tenido que compartir varias horas con periodistas, españoles y de otras nacionalidades especializados en información internacional. Los casos de corrupción que siembran el suelo patrio español están trasladando una imagen de nuestro país al exterior que había costado mucho levantar. Saben más de Murcia por los casos de corrupción, por los alcaldes en prisión...y por actos propios de la sicilia mafiosa, curas rezando por los encerrados en la cárcel, manifestaciones de loas al presunto corrupto. Cuando les comentas que el PP, que es la única fuerza política alternativa está dispuesto a presentar en las listas a gente que está imputada, los periodistas extranjeros no lo pueden creer, se echan las manos a la cabeza, casi no lo pueden creer.

Es curioso como reacciona el PP frente al fenómeno de la corrupción, el partido que a nivel nacional que tanto pedía 'responsabilidades políticas' incluso a gente que ni estaba imputada...exigencia que compartía la gente de conciencia recta, fuera de la ideología que fuera; ahora no, aquel discurso ya no vale, ahora el PP, que en la Región se limita a decir que 'aquí el que la hace la paga', y poco más, se salta su propio discurso -Valcárcel el primero- para dirigir sus ataques, no contra los presuntos corruptos, sino contra los poderes del Estado, poniendo en jaque a jueces, fiscales, a la Policía y a la Guardia Civil. Un partido que pretende gobernar, prefiere defender a sus presuntos corruptos, antes que apoyar al Estado.

Paralelamente al fenómeno de la corrupción Murcia lidera: el fracaso escolar, el abandono de los estudios, el número de parados, una sanidad endeudada hasta las trancas, ayuntamientos donde los políticos deben hasta el aire que respiran y que siguen gastando como si estuviéramos de fiesta mayor (ahora en la zona de Torre Pacheco van a hacer una televisión pública de la que merecerá la pena que hablemos y les mostremos algunos vídeos). Los Alcázares que tiene una plantilla de policías sin sargento, va a cubrir una plaza de escalafón superior, la Ley de Coordinación de Policías Locales importa poco...pero quizá la Fiscalía pueda interesarse por el tema ( a mí me llama la atención la composición del tribunal cuando lo conozcan todos los lectores pondrán cara de que a alguien lo han pillado con el carrito del helado) .

Pero volvamos a la corrupción y a la responsabilidad política...al margen de las imputaciones penales, los responsables políticos de las áreas de poder donde la Policía, jueces y fiscales, han levantado alfombras y han hallado basura, deben primero cesar a aquellos sobre los que reacen indicios racionales suficientes como para estar imputados, y ellos, quienes depositaron su confianza en los imputados, dimitir. Ese era el dicurso del Partido Popular ¿lo recuerdan?, pero se ve que ante la avalancha de casos han preferido optar por dar consejos que para sí no aplican.

Luego está la sociedad, mansurrona y lanar, que diría Ortega, que está dispuesta a aplaudir a políticos corruptos con tal de que en los respectivos pesebres dejen caer algunas migas que echarse a la boca. La sociedad no es un ente inocente, cuando se conocen casos de corrupción, si a los imputados los vuleven a votar, estamos ante una sociedad cómplice de la corrupción, una sociedad corrompida como la que podemos encontrar en ciertos barrios de Nápoles, Marsella o sicilia, aunque aquí no hay muertos, al menos que se sepan, de momento, y digo bien, que de momento.

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